"La Sal es buena o mala"
No tendría un impacto positivo generalizado
Revisión cuestiona beneficios de reducir ingesta sal
Los funcionarios deberían revaluar las políticas que aconsejan a todos un menor consumo de sal.
Reuters
Por Kate Kelland
LONDRES
(Reuters) - Reducir el consumo de sal en las dietas de la población
general no tendría un impacto positivo generalizado sobre la salud,
según indica una revisión de más de 160 estudios científicos publicada
el miércoles.
En un análisis que reactiva el debate sobre los
efectos de la sal sobre la salud, expertos que escribieron en American
Journal of Hypertension y la revista de Cochrane Library dijeron que la
revisión sistemática sumó pruebas a la creciente evidencia que sugiere
que los funcionarios deberían revaluar las políticas que aconsejan a
todos un menor consumo de sal.
La revisión -que analizó los
resultados de 167 estudios previos- reveló que mientras que disminuir la
ingesta de sal reduce la presión sanguínea en las personas con presión
normal o alta, también genera aumentos en algunas hormonas y otros
compuestos que pueden afectar negativamente la salud cardíaca.
"Realmente
no puedo ver, si se observa la evidencia total, que haya alguna razón
para creer que hay un beneficio neto de disminuir la ingesta de sal en
la población general", dijo a Reuters Niels Graudal, del Hospital
Universitario de Copenhague, en Dinamarca, quien dirigió la revisión.
Se
sabe que reducir el consumo de sal disminuye la presión sanguínea, pero
la investigación aún debe demostrar si eso se traduce en una mejor
salud cardíaca general en toda la población.
Pese a ello, muchos
países cuentan con guías gubernamentales que piden a las personas
reducir su ingesta de sal o sodio por el bien de su salud a largo plazo.
La
presión arterial elevada, o hipertensión, es una de las principales
causas de accidente cerebrovascular (ACV), ataque cardíaco y otras
enfermedades cardiovasculares, que en conjunto son los mayores factores
de muerte en todo el mundo, ya que producen más de 17 millones de
muertes cada año.
"La pregunta no es sobre si 'deberíamos'
reducir la ingesta de sal, sino sobre 'cómo'", dijo Graham MacGregor,
profesor de medicina cardiovascular y presidente del grupo Acción
Mundial sobre la Sal, quien dijo que está fuertemente en desacuerdo con
los hallazgos de Gradual.
La Organización Mundial de la Salud
(OMS) ubica a la reducción del consumo de sal entre la lista de las 10
mejores medidas para disminuir las tasas de enfermedad crónica.
Francesco
Cappuccio, jefe del Centro para la Nutrición de la Universidad de
Warwick, colaborador de la OMS, coincide con MacGregor.
Según
Cappuccio, el estudio difundido el miércoles "no debería distraer
nuestra atención de la implementación de políticas de reducción del
(consumo de) sal a nivel poblacional en todo el mundo, como indican los
gobiernos nacionales, la Organización Mundial de la Salud y Naciones
Unidas".
¿BENEFICIO NETO?
Pero una serie de estudios
que observaron el consumo de sal recientemente sugirieron que la
evidencia de base para las políticas poblacionales de reducción de la
ingesta de sal no sería tan fuerte como se pensaba inicialmente.
Una
revisión anterior de Cochrane Library realizada por investigadores
británicos y publicada en julio no halló evidencia de que disminuciones
pequeñas en el consumo de sal reduzcan el riesgo de desarrollar
enfermedad cardíaca o de morir prematuramente.
Y otra
investigación de científicos belgas publicada en mayo indicó que las
personas que ingerían mucha sal no eran más propensas a desarrollar
hipertensión, y eran además estadísticamente menos proclives a morir por
enfermedad cardíaca, que aquellas con bajo consumo de sal.
Graudal
dijo que sus resultados muestran que cuando la ingesta de sal es
reducida, hay aumentos en ciertas hormonas y grasas conocidas como
lípidos "que podrían ser dañinos si persisten en el tiempo".
El
experto añadió que dado que ninguno de los estudios en la revisión pudo
medir los efectos sobre la salud a largo plazo, su equipo no pudo
concluir "si las dietas bajas en sal mejoran o empeoran los resultados
sanitarios".
Graudal manifestó que el creciente número de
estudios que cuestionan el beneficio neto del menor consumo de sal
deberían llevar a los funcionarios de salud pública a revisar sus guías.
MacGregor
rebatió la conclusión de Graudal sobre la falta de beneficio neto de la
reducción del consumo de sal y dijo que la revisión "claramente muestra
una vez más que disminuir la ingesta de sal reduce la presión
sanguínea".
Este estudio, contrariamente a lo que señalan sus
autores, respalda la enorme evidencia de que reducir el consumo de sal
será inmensamente beneficioso para prevenir ACV, ataques cardíacos e
insuficiencia cardíaca", indicó en un comunicado enviado a Reuters.
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