viernes, 2 de noviembre de 2012

Los científicos más peligrosos de la historia



La ciencia puede ser una actividad peligrosa, y los ejemplos de Copérnico, Newton, Marie Curie y otros así lo demuestran. Un recuento por momentos cómico que nos revela ese cariz arriesgado de la ocupación científica.
Dr. Strangelove
En las últimas semanas los medios europeos han seguido con cierto interés el destino de siete científicos italianos que, ya sentenciados por una corte de su país a seis años de cárcel, fueron acusados de “homicidio involuntario” por no haber pronosticado con precisión la ocurrencia de un terremoto en la localidad italiana de L’Aquila.
Y si bien la polémica continúa, pues de algún modo la condena parece injusta si se toma en cuenta que fenómenos naturales como ese son, por definición, impredecibles, aun con el desarrollo tecnológico que ha alcanzado nuestra civilización, el hecho puede verse como un incidente más en ese capítulo de la historia del peligro que se refiere a la actividad científica. Ejercer la ciencia es peligroso, quizá porque, recordando la célebre máxima de Arthur C. Clarke, «La magia es solo ciencia que no entendemos aún», la ciencia nos hace ver lo ignorantes que somos respecto al mundo en el que vivimos, nos saca de esa zona de confort epistémica en la que todo parece seguro y habitable.
Dean Burnett, en el sitio The Guardian, nos comparte una lista de los que han sido considerados los científicos más peligrosos de la historia, un giro que sería mucho más cómico —porque encontramos risible que hace siglos fueran subversivas ideas que ahora aceptamos con naturalidad— de no ser por el desgraciado destino de los mencionados científicos italianos. Al parecer las hogueras y las persecuciones no están tan olvidadas como creemos.

Nicolás Copérnico
Astrónomo renacentista.
Al proponer el modelo heliocéntrico en sustitución del geocéntrico, Copérnico incurrió en una de las ofensas que después Freud catalogaría como “contra el narcisismo humano”: al quitar a la Tierra como centro del sistema solar y aun del cosmos, mostró su vulnerabilidad natural a todo tipo de incidentes aleatorios, ganándose con ello la condena de las instituciones eclesiásticas de la época que dominaban la producción y difusión del conocimiento científico.

Joseph Lister
Cirujano
Pionero de la cirugía antiséptica y pregonero del riesgo a la salud que conlleva el contacto con gérmenes y bacterias, Lister desencadenó sin embargo, en algunas personas, un trastorno conocido como misofobia, el miedo a la suciedad, además de otras manifestaciones de la obsesión patológica expresada a través de la compulsión por la limpieza.

Orville y Wilbur Wright
Inventores
Los célebres hermanos Wright sin duda comparten algún grado de responsabilidad en todas las catástrofes áreas que han ocurrido desde que una aeronave totalmente funcional fue inventada, precisamente por ellos. Accidentes, bombardeos, terrorismo: ¿habrían sucedido si los Wright nunca hubieran dado con el mecanismo efectivo que sostiene un transporte en el aire?

Edwin Hubble
Astrónomo
A Hubble debemos el descubrimiento de que había universo más allá de la Vía Láctea, el cual, además, se encontraba en constante expansión, un proceso que terminaría por alejar tanto a otras galaxias que se volverían imposibles de avistar. En pocas palabras, Hubble también es culpable de hacernos sentir más solos de los que nos sentimos en la vastedad del cosmos.

Isaac Newton
Físico, astrónomo, matemático, teólogo, alquimista, filósofo, etc.
El genio de Newton, uno de los más sorprendentes en la historia de la humanidad, nos reveló la manera en que la gravedad se rige, imponiendo una limitación mental de alguna manera insuperable ante la soberana presencia de dicha fuerza que domina el universo entero.

Marie Curie
Física y química
Al descubrir la radiación, Curie descubrió todo un espectro cuya presencia es tan cotidiana como perjudicial, generando una paranoia que aumenta con cada gadget que se incorpora a nuestros quehaceres diarios.
Ahora bien, como decíamos antes, el tono de Burnett busca ser cómico en algunos casos, sobre todo en estas especulaciones fácticas que comienza con el estimulante íncipit “Qué pasaría si…”. En efecto: quizá ninguna tragedia aérea habría ocurrido nunca si los hermanos Wright no hubieran inventado (o perfeccionado) el aeroplano. Pero si no ellos, ¿alguien más habría llegado al mismo descubrimiento?
De algún modo el planteamiento de estos escenarios nos hace pensar en si de verdad la mente humana es, en el fondo, una sola a pesar de las millones de derivaciones que representan cada uno de los individuos de la especie. “Todo hombre debe ser capaz de todas las ideas”, escribió Borges en su Pierre Menard, autor del Quijote, ironizando sobre ese hábito de la pereza mental que nos hace arrellanarnos en el cómodo sofá delas ideas ajenas y ya probadas.
Sin duda, más que la ciencia, lo verdaderamente riesgoso es pensar, pensar de manera distinta a los dictados dela convención y lo establecido, mirar el mundo desde una perspectiva diferente a la que la mayoría acostumbra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario